sábado, 7 de marzo de 2015

Brotes de la desnudez

Conocí una historia de dos seres que decían quererse, tal vez por gusto, quizá por placer y a lo mejor por amor. Ninguno de los dos sabe, lo cierto que un día decidieron unir sus cuerpos y en cruce de besos con intermitencia sus almas se unían. Con el ruido de suspiros y entre respiros, el murmullo de la brisa irrumpió su momento mas placentero. Ella lo deseaba y el también pero el futuro es incierto, tan incierto como el no saber si quererse u olvidarse.

Queda el recuerdo de una  clase de sexo que entre almohadas se acostaba el placer, y en mar de caricias y besos la incertidumbre por no dejarse sorprender. Quizá sea el asco mas delicioso, de gestos y abrazo que me he de perder. Pero el perfume q aun conserva es el aroma de su piel.

Fue el momento mas cómico de placer que jamas en su mundo ella imagino.

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